Los reflectores se encienden, el escenario se ilumina y los gritos del público estallan en ecos. El grupo de rock comienza a tocar. El espectáculo luce extraordinario. El sonido es fenomenal, tan intenso que no escuchas ni tu propia voz.
¡La física entra en acción para hacer todo esto posible!
Después de haber bailado, entonado y gritado cada canción, es probable que sientas cierto malestar en la garganta... totalmente normal; es el precio de pasarla bien. Pues bien, ese malestar, al que comúnmente llamamos "afonía", se debe a que el grito involucra la vibración de tus cuerdas vocales, y el sonido que produces ocurre como un fenómeno físico de propagación de ondas. La frecuencia a la que viajen estas ondas determina que la voz pueda ser audible o no. Por supuesto que las pobrecillas de tus cuerdas vocales estarán un poco agotadas después del trabajo extra que realizaron la noche anterior...
Sin gritos, no hay concierto
Después de haber bailado, entonado y gritado cada canción, es probable que sientas cierto malestar en la garganta... totalmente normal; es el precio de pasarla bien. Pues bien, ese malestar, al que comúnmente llamamos "afonía", se debe a que el grito involucra la vibración de tus cuerdas vocales, y el sonido que produces ocurre como un fenómeno físico de propagación de ondas. La frecuencia a la que viajen estas ondas determina que la voz pueda ser audible o no. Por supuesto que las pobrecillas de tus cuerdas vocales estarán un poco agotadas después del trabajo extra que realizaron la noche anterior...
¡Hola, público!
Nuevamente levantamos las manos al cielo... y no, no solo para aplaudir al compás de la música, sino también para decir ¡Oh, Ciencia y Tecnología, gracias por facilitar nuestra vida!
Gracias por poner en nuestras manos inventos como el micrófono; instrumento a través del cual, el cantante magnifica su voz, a tal grado que puede ser escuchado sin problema por todo el auditorio. Te explicamos un poco más claro: el micrófono traduce las vibraciones de sonido producidas por la voz, en energía eléctrica que llega hasta los amplificadores, que realizan el resto del trabajo hasta llegar a los parlantes stéreo. Por supuesto, a mejor tecnología, mayor calidad y nitidez del sonido.
El volumen y el tímpano
El sonido, con su movimiento ondulatorio, llega al tímpano, que vibra a su vez con cierto ritmo.
Las vibraciones de un sonido muy elevado pueden durar unas cuantas horas hasta varios días. Si tus oídos sufren esto constantemente puede disminuir tu capacidad auditiva y hasta quedarte sordo, debido al desgaste que sufren tus tímpanos... así que evita escuchar música con volumen muy alto todo el tiempo. ¡Recuerda que todos los excesos son dañinos!
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